lunes, 11 de julio de 2011

Carta a la soledad.

Hola, querida soledad.
Te escribo desde mi habitación y te siento muy cerca de mí. Te quería dar las gracias por estar cuando nadie estaba porque por lo menos tú me acompañabas.
¿Sabes la cantidad de veces que me he sentido sola, fuera del mundo y tenía ganas de llorar? ¿Sabes la cantidad de veces que he mirado hacia un lado y te he visto ahí, junto a mí? No sé si eso es bueno o malo pero gracias a ti he aprendido a pensar, a reflexionar, a escribir y creo que tú me has hecho mayor, ha tocado ese botón para que madurara y fuera más fuerte y ahora nada (O casi nada) me hace daño.
Me presentaste a tu amiga la música, ella me comprendía y me hablaba de lo que yo sentía... A veces, parecía incluso que hacía canciones para mí. La música pasó a ser mi mejor amiga.
También me presentaste los libros, los blogs, vamos, esto de escribir que tanto me gusta. Y aquí encontré otra vida... Aquí podía escribir mis miedos y sentirme mucho mejor.
Solo quiero decirte, soledad, que aunque algunos digan que eres mala no lo eres, porque me has dado muchas cosas que otros, por no tener la oportunidad de conocerte, no descubrirán... Gracias porque me has cuidado, aunque tú no lo sepas.

jueves, 7 de julio de 2011

Lo que no se ve tras una sonrisa.

Hace poco me encontraba perdida, en un mundo del que no sabía nada... Tan solo su nombre. Es de esto que una noche no puedes dormir y te pones a pensar como sería tu vida.
A mí, eso a lo que llaman vida, me ha dado muchas puñaladas... Y además por la espalda. Nunca me sale nada bien, nunca gano, nunca triunfo y mi sonrisa, que antes era permanente, poco a poco se esconde por miedo a que le vuelvan a hacer daño.
Hay persona que me preguntan como puedo estar siempre feliz y no, no lo estoy... No siempre tras una sonrisa se esconde la felicidad, a veces se esconde la fuerza... A veces, tras esa sonrisa se encuentra alguien que quiere ser valiente y que lo da todo por sobrevivir en este mundo (Que a veces da asco). Yo no estoy siempre feliz, intento estarlo pero no lo consigo...
Y aquí sigo, paseándome por la vida que tan poco me ha dado y seguramente, algún día, me daré cuenta de que lo que realmente importa es lo que tengo al lado, lo que me apoya día a día y no lo que yo quiero que me apoye.
Yo siempre me he sentido sola, alejada de los demás... Y eso me daba miedo. Ahora me encontrado la manera de sentirme bien conmigo misma y esa manera es siendo yo, es decir, siendo valiente. ¿Y por qué digo esto? Pues porque mi vida sigue una filosofía y sigue una frase que un bonito día descubrí en la canción "16 añitos" de Dani Martín y es... "Los valientes son los que son de verdad, ni los fuertes ni sus guerras, los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta".

La vida no es tuya...

...ni tuya ni mía y no se puede manipular, no podemos hacer lo que nos dé la gana porque no se nos permite.
La vida es lo único que manda en la vida y a veces, nos manda a llorar a escondidas, nos manda a gritarle al mundo que estamos hartos de tanta falsedad, tanta manipulación y tanta injusticia... Pero la vida no hace nada por ayudarnos, que va. ¿Por qué se iba a preocupar por la gente que parece que no existe? ¿Por qué se iba a preocupar la vida de tantas personas que buscan cuál es su razón para estar aquí?
Necesitamos respirar, y eso lo tenemos al alcance todos pero hay cosas que también necesitamos y no están a nuestro alcance.
Las personas somos eso que desde que nos despertamos y vamos viviendo a lo largo del día vamos alejándonos de ser nosotros mismos por miedo a no ser aceptados por los demás y cuando pasa el tiempo te arrepientes de no ser lo que quieres ser, que es ser tú y revientas, lo sueltas todo sin pensar en las consecuencias que conlleva. De pronto, cualquier persona puede explotar y decir que está harta de los que no son de verdad, de los que parecen tus amigos y en realidad no lo son, de las aptitudes de la sociedad y de los llanos que no te dejan ni hablar.
Harta de callármelo todo ahora toca hablar. Voy a ser yo misma y voy a ser valiente, voy a enfrentarme a todo lo que me parezca mal y nada ni nadie me hará callar.